CONVOCATORIA CUARTA ETAPA
CERTAMEN INTERNACIONAL DE POESIA
El género literario es poesía rimada o en prosa, tema libre, escrita en idioma español, sin límite de versos o líneas.
El certamen se divide en 5 etapas y una final, a la cual sólo podrán acceder los ganadores de cada etapa, o los siguientes lugares si el grado superior decide no participar.
Cada participante podrá inscribir una única poesía por etapa. Si resultase ganador en una de ellas, ya no podrá concursar en la o las siguientes, si es que aún las hay.
Si el interesado ya concursó en alguna o las tres etapas anteriores, podrá seguir participando con nuevo material en las etapas subsecuentes, siempre y cuando no resulte ganador en alguna de ellas.
El mecanismo de participación será a través del ingreso por "comentario", cubriendo las siguientes premisas:
1. Para esta cuarta etapa se permite el ingreso de propuestas libremente, siempre y cuando se indique una dirección válida de correo elctrónico al calce de la propuesta. Es muy importante poder establecer comunicación con el ponente para cualquier aclaración.
2. Se permite ingresar el trabajo con seudónimo o el nombre del concursante.
Queda estrictamente prohibida la reproducción parcial o total de verso alguno propiedad de otro autor. Si el jurado calificador así lo detectase, anulará su participación.
Literalia México no adquiere ni conserva derecho legal alguno sobre la propiedad intelectual de las obras concursantes, quedando a salvo los derechos individuales de éstos para sus autores.
El jurado calificador está conformado por escritores de diversas nacionalidades, quienes aplicarán el método de puntaje a los tres mejores poemas bajo criterio personal. El ganador será quien más puntos adquiera en la compulsa de las calificaciones.
Al igual que en la etapa anterior, se ha agregado un segundo criterio, el cual estabece que el ganador deberá gozar de cuando menos un voto del 50% del jurado, más uno. Si en primera ronda de votaciones dicha premisa no se cumple, se convocará a votaciones extraordinarias hasta tanto no se cumpla ésta. Ello es con el único objetivo de ofrecer mayor equidad y simpatía del jurado para con el vencedor, reduciendo la aleatoriedad o circunstancialidad inherente al sistema de votación.
Para la gran final, solamente se aceptarán trabajos de los cinco ganadores de las etapas previas (o los que legalmente puedan participar), siguiéndose el mismo criterio de calificación. Para esta última etapa, cada finalista participará con tres poemas.
Los fallos serán inapelables.
Debido a que este certamen no está dotado con premio en efectivo, el ganador de la gran final se hará acreedor a un regalo sorpresa consistente en una fina artesanía mexicana, la cual le será entregada a la puerta de su casa en su país de origen y sin cargo para él. Las quince obras finalistas permanecerán en las páginas de Literalia México, para ser admiradas por nuestros visitantes.
La cuarta etapa quedará abierta a partir del 7 de marzo del 2011, cerrándose el 7 de abril del mismo, a las 24:00 hrs tiempo de México.
La opción de entrada de comentarios o participaciones, se activará el día indicado.
Inscripciones cierran 7 abril 2011
a las 24:00 hrs tiempo de México
a las 24:00 hrs tiempo de México
Para ver las propuestas, da clic en el cintillo inferior de comentarios. (Recuerda que ésta es la forma de concursar)
Esta entrada es exclusiva para propuestas de concursantes. Se suplica no ingresar comentarios del público lector. Para ello, favor de acudir al blog principal y depositarlos en la entrada orientada para tal fin.
TULIPANES ROJOS
ResponderEliminarDe tulipanes se cubrió el sendero. Rojo derramado
cual crisol de fuego, sembrado en orlas, en hojas
con ese atuendo verde de alargadas puntas,
que extiende sus brazos mirando a un lucero.
Delirante, la mirada espera. Sueño perverso
que aferrado atisba, mirarte cruzar por el pasillo,
que fuera la ruta del lóbrego destino
que seguiste un día, llenándome de olvido.
Desde entonces, ya no existo. Soy solo espacio vacío,
lleno de nada, de silencio, de nostalgia.
Dicen que existo por brillar mis ojos, por oler a pena,
por seguirte vivo, hasta verte retornar por el sendero.
antonio_bernedo_w@hotmail.com
LOS EMBLEMAS DE MI LIBERTAD
ResponderEliminar(Espada libertaria)
Forjada en el rojo incendiado de la sangre,
tu hoja de acero se cubre de hielo.
(Bandera libertaria)
Tejida con los lienzos rasgados de los muertos,
ondeas agitada en el mástil del silencio.
(Cañón libertario)
Motivo del estruendo de pólvora incendiada,
resuenas aún en los ecos vibrantes de la tarde.
(Himno libertario)
Te engendraron los lamentos de dolor, agonizantes,
poema de victoria, más refugio, más promesa.
Antonio Zannetti
historias.olvidadas.zanne@gmail.com
UN MINUTO DE AMOR
ResponderEliminarSurgiste de la fosa donde yacen mis ciegas necedades.
Tus pétalos blancos retaron al alcatraz en flor.
Si hubiese sabido que no todo estaba muerto,
hubiese guardado de mi vida, un minuto de amor.
Entraste por la única hendidura de mi puerta.
Tu aroma de jazmines inundó todo el vacío.
Si al menos hubiese previsto tu llegada,
no hubiese apagado la fogata, para cuidarte del frío.
Al menos, déjame mirarte con el recuerdo de mis ojos,
que por estar marchitos, tan sólo te imagino.
Esculca en mi cartera, que acaso te retenga,
esbozada en un trozo de viejo pergamino.
No me importa si insistes hablar con un cadáver.
Alguna vez fui un ave de volar ligero.
Tú eras sólo un sueño de cauda interminable,
yo, un terco soñador colgando de un lucero.
Soledad Iturralde Vergara
soledad_iturr_vergara@yahoo.com
OCASO
ResponderEliminarIntrépida, rasgaste el velo endurecido de mi fe.
Advertida fuiste que el cristal de roca, sólo se quiebra
saltando en mil astillas, hiriendo tu cuerpo por doquier.
Cuando el fuego cesa en los volcanes, sólo ceniza
pintaría tus labios. Y aún así, probaste de las mieles
amargas de mis besos. Será que me mirabas con ojos de mujer.
Anegadas van quedando las aguas turbulentas,
donde antes eran ríos, crecen desiertos trastocados
en polvo, en moho, en sombras de un lacónico poder.
Levanta el vuelo candoroso de tus alas. Mírame
así, tendido, vencido por el rayo que todo lo destruye,
se llama tiempo, sin péndulo ni horario que perder.
Bebe, por Dios, del fuego de otras aguas. Declina
tu capricho de mujer irreverente; rompe las cadenas
que te atan a mi muerte, agónica ironía de no saber qué hacer.
El amor no es vino que madura. Es un impulso,
un aliento, una esperanza, cuya faz desdibujada,
que en mueca descarnada del ocaso, intenta al menos sonreír.
carlimaginario@hispavista.com
Imaginarium Letrav
ROMA VIVE
ResponderEliminar¡Roma vive¡
En cada anhelo de conquista que se engendra
en cada hombre, en cada sueño.
En toda visión de un solo mundo
donde no haya lugar para los débiles,
para los tuertos,
para los sordos.
¡Roma vive!
En cada rabia que desgarra el vientre de una madre,
por echar al mundo al hombre
que cambiara los débiles tejidos,
por nuevas formas de enfrentar al enemigo
que nos asalta en cada hueco donde anida,
la perversa criatura del infierno.
¡Roma vive!
En cada intento por cambiar el orden
desordenado del imperio.
En cada puño que cambia sus espadas
por la razón intrínseca de un sueño.
Donde no haya lugar para los muertos
de nada, de ocaso, de silencio
convertido en yerro.
¡Roma vive!
En la fuerza que brota del incendio
de las manos que se unen para cambiarlo todo.
Aunque haya que trazar nuevos senderos,
de luz, de paz, de ministerio,
porque sólo un soldado de la Roma,
sabe blandir los rayos del acero.
spacivera.dedalo@hotmail.com
SpectaVista
RAIN
ResponderEliminarIn this poem I turn to God through one of its most beautiful natural forms: Rain.
Let me look you through your rain falls,
a single moment,
a flash of time,
and then, when it shines the rainbow,
I remember where it flows the light of a star.
Let me feel you through the fog that remains,
like veil of silk
blowing in the wind,
and then the breeze in our face,
tell us the secrets of the true sun.
River of life becomes in lights in the sky
furtive diamonds,
audacious enchanting,
wrap me in waves of your peace, which
if I close my eyes ... I fall asleep.
Debrah Riddleton
www.debrahriddleton.blogspot.com
debrahriddleton@gmail.com
LLUVIA
En este poema me dirijo a Dios a través de una de sus formas naturales más bellas: La lluvia.
Déjame mirarte a través de tu lluvia que cae,
un solo instante,
un destello de tiempo,
y así después, que brille al arco iris,
recordar donde brota la luz de un lucero.
Déjame sentirte a través de la niebla que queda,
cual velo de seda,
flotando en el viento,
y así después, la brisa en nuestro rostro,
nos dirá los secretos del sol verdadero.
Río de vida convertido en luces del cielo,
diamantes furtivos,
audaz hechicero,
me envuelves en olas de tu paz, que,
si cierro mis ojos… me quedo dormido.
CALEIDOSCOPIO DE MUJERES
ResponderEliminarNo soy una mujer,
soy un caleidoscopio de mujeres...
He venido con Lilith desde el fuego,
a través de lo oscuro primigenio
de heridas y de sangre.
Con sal en esas grietas del abismo
que inunda de obsidiana la belleza.
Jadeos de la sombra
entremezclados con la piel.
Astillas del derrumbe
en el cuerpo del agua y de la tierra.
En cenizas y brasas,
Lilith baila mi luz,
en volcanes de sílabas y signos
que trazan en umbrales de coral
trayectorias ansiosas de una Hespéride.
Pero también soy Eva
que silencia su aliento en sauces de los siglos
y respira la vida en sus orígenes.
En la interdependencia de relojes,
las brújulas sonoras resquebrajan
cementerios de lúpulo o de lirios.
Una búsqueda errática
abre cauces al sueño de la bruja,
en las cuevas del sur con belladona
o en la raíz extraña de los astros.
Con Sofía me pliego al vals del código,
me columpio en las letras de los clásicos,
sumerjo en bibliotecas de los árboles
esa caligrafía de los lobos
que, en diccionarios de ábacos,
persigue los egrégores del humo.
Acuden los milenios a mis manos
como íncubos pícaros.
Desciendo por las élites
en líneas de los círculos del tiempo.
Voy bajando sin miedo por la historia
hasta llegar a clanes paleolíticos
que buscan la abundancia en territorios,
donde un ritual de caza
contempla los crepúsculos alados.
Me elevo como virgen de Corfú
corriendo por los prados del placer,
con túnica de dríade,
soñando y al acecho...
Tengo un cesto de mimbre
que entrelaza mis células
con Lilith
en cabañas de madera,
con Eva
en la raíz del estramonio,
con Sofía
en el mar de los Sargazos
y con la virgen griega
en gineceos
protegidos sin límite por tortugas y leonas.
Ana Muela Sopeña
http://www.laberintodelluvia.com
anmuel52@gmail.com
TE LLAMARON LIBERTAD
ResponderEliminarNaciste del hierro,
del gélido filo que separa el allende del aquende.
Parida por la sangre derramada de otras manos,
que a fuerza de arañar la tierra, so pena de morir
de hambre, te helaste por igual en el pantano.
Naciste del fuego,
del centro mismo de la tierra, donde nadie es nada
y nada es todo; bendita coherencia terrenal.
Surgiste entonces cual gusano ciego, y asfixiada,
tu garganta quedó marcada por el desespero.
Naciste del silencio
nocturnal donde se aparean la pena y la desgracia.
Eres símbolo acribillado de cruenta antología.
Fuiste mimada por los perros, sutil vilipendiada,
para luego volver a los miasmas del hartazgo.
Sólo así te creo,
verdad que sabe a todo y huele a nada.
Decidieron entonces darte un nombre, un santo,
una palabra que pudiese enredarse en tus entrañas,
para algún día, saber que tienes cuna de prosapia.
¡Te llamaron libertad! Sin que nadie te aclamara.
Marielle Hernández Serrano
marielle.hdez@gmail.com
MUSA
ResponderEliminarFuego misterioso, casi halo, casi velo.
Hasta mi piel interior trasciende tu fuerza indestructible
y me transforma en gigante de endurecido puño.
Me ordenas elevarlo, ondearlo cual bandera
de majestuoso vuelo.
Siento tu seda en mis mejillas,
tu ardor en mis pulmones,
tu luz en mis pupilas.
Mis manos se convierten en simples labradoras
del papel, que hinchado por la tinta, se impregna de ti,
de toda tú, de canto, de proverbio.
Soy sólo tu vasallo, tu sombra, tu destello.
Siento tus labios en mis besos,
el aroma de tus artes, embeleso,
que arroba mis sentidos,
musa de mi carne y de mis huesos.
motzarella.fellini@gmail.com
Paradójico
ResponderEliminarTuve el deseo profundo
de un amor que perdurara
más allá de las estrellas,
del universo y de Dios...
¡Exponente máximo de la eternidad!
En un giro mágico
los cometas me enseñaron
que existía la magia
¡cómo una piedra
en mitad del cielo
puede ser tan bella!
Un atardecer me trajo
la noche ensangrentada
desfalleciente de estrellas
con su capa oscura
y sus guiños de astros...
Un amanecer me mostró
que aunque la oscuridad
por momentos nos cubra,
temiendo lo fortuito,
la soledad y la nada
que nos tapa con su ser...
De repente un rayo dorado
nos dice que un nuevo día
acaba de nacer y con él,
todas las oportunidades
de ser mejor personas...
Un palpito de mi corazón
me dijo al dejarme sin aire
que allí muy dentro mío...
Un sentimiento latía fuerte
porque el amor no es algo débil
cuando aparece lo hace con mucha fuerza,
como ese bebé que recién nacido
lucha por ser a pesar del dolor
de llegar a este mundo...
con toda la esperanza
que una nueva vida trae...
así es ese sentimiento
que te abraza y te quema
no dejándote respirar
al mismo tiempo
siendo el que te hace respirar...
Paradójico, elemental, honesto,
fuerte, necesario, latente, mágico,
ilógico y lógico en su propia esencia...
Ilógico para aquellos que no lo entienden
lógico para sí mismo...
Fuerte porque no hay fuerza en este mundo
que lo pueda vencer...
Mágico porque te hace creer que puedes
aun con todas las probabilidades de no poder...
Latente porque no tienes idea en que momento
aparece pero está...
Necesario porque sin él en todas sus magnitudes
no podríamos vivir...
Honesto porque se muestra tal cual es y te muestra
a quien amas como es... porque no puedes amar
a alguien que no es como es...
Elemental porque es simple no es más que un sentimiento...
Paradójico porque es lo contrario de lo que es siendo como es...
Ariadna de Alejandría
ariadnadealejandria@hotmail.com
LIMINAR
ResponderEliminarTe miro tan callada, que no logro percibir
el batir de vuestras alas.
En la justa frontera liminar de tu existencia,
se apaciguan las aguas turbulentas
y ceden del mar sus olas bravas.
Tu cuerpo seducido por la muerte,
te hace ver más pálida que el agua.
Cataléptica, tu sombra imita el pulso suspendido
y lo sujeta en canto agonizante,
por escuchar el estertor de tu llegada.
Tus párpados semejan cáliz de alcatraz
a punto de estallar en flama.
Soberbia, tu boca callada se reserva
el canto que parece suspendido,
para ser primera luz en la alborada.
Impávida, tu figura marmórea se endurece
hasta alcanzar el timbre del diamante.
¡Vibra, por Dios! Que te requiero
de vuelta entre mi cama. Si esperas a mañana,
te prometo compartir vuestra morada.
Fernando Belaunzarán
fbelaunzaran@hotmail.com
COSAS DE LA VIDA
ResponderEliminarEn verdad no lo sé. Tal vez,
Sin nunca meditarlo,
Algún día lo imaginé.
Éramos dos, no uno
unido al otro.
Un solo número. Sólo dos.
Y si hubo amor,
Sí, sí, lo hubo,
Para bien de los dos.
Y sin embargo,
Todo cambió,
A uno y uno.
Cosas de la vida,
Donde hubo dos,
No queda ni uno.
Deletreando
letrasymasletras@hispavista.com
MIMETISMO
ResponderEliminarCuando por fin pude mirarle,
Su rostro descarnado aún despedía hedores de ultratumba.
Efluvios sanguinolentos emanaban
dispersos, denigrantes, desatentos.
Su nueva cara semejaba grotesca
fantasía. Purulenta, su piel desprendida semejaba
una cáscara de piedra que caía
pesada, acompañada de un eco de vergüenza.
Es el hombre que estrenaba nueva cara.
Sagaz, se mimetiza hasta esconder impúdicos quehaceres
que ostentó en su otra vida, en esa
que pretender dejar colgada en la ventana.
Cual víbora que escapa de su piel,
anhela desprenderse de su otrora, mortal investidura,
y aunque sus ojos han perdido el brillo,
mira delirante, abandonar, su vieja sepultura.
lanuevaletra@hotmail.com
UN SOL
ResponderEliminarEste que ven fue el mismo,
el tan repetido
que vemos cada día,
por los postigones de la noche,
meterse agónico y herido;
con su luz amputada
y sin más rincones
en donde echarse un rato para alumbrar.
Pero vendrá la aurora
en el mismo sol,
que es el de los bronceados
y es el del mar,
y al que los estaqueó el cruel español,
y es el que representa
al gran rey Atón y es ese
que después hizo Jehová, el dios.
“¡Que haya luz¡”,
-se escuchó la primera voz-.
El mismo que condujo
el torpe Faetón
y casi prende fuego el amplio universo.
El mismo que inspiró al verso
y a la flor.
eljuandelapala@hotmail.com
SÓLO VIVIR
ResponderEliminarDesprovista de toda fe
Te alejaste sin decir palabra.
Los últimos aromas perfumados de la tarde
se fueron contigo, una tarde de abril.
Te miré y toqué tu sombra
en señal de despedida.
Ni siquiera volteaste para verte partir.
La vereda, inundada de silencio,
se llenó de tarde, de pavesas,
de flores vueltas cardos
con espinas por doquier.
Después de todo, ya nada había,
ni besos, ni caricias, ni sonrisas.
Tal vez, rescatamos el aliento,
del obligado sentido, de sólo vivir.
Versiqueando
versosobreverso@hotmail.com
LUNES DE LUNA ALUNADA
ResponderEliminarOjo mañana malparida.
Según los pronósticos el día
será como un dios tuerto
mitad horas de luz/
mitad horas ciegas.
Guarda confundir yoga con yogur,
el buda y el budín. Lluvia al maíz
y al remis. Ideal para tomar mate solo
o decisiones de a dos.
Ojo el semáforo
-tricíclope en griego-
vigía con su rojo ojo.
Desde las avenidas tránsito
pesado a los intestinos.
Hágase pan con su compañera,
las migas para los amigos.
En el amor
nada mejor
que desatar el perro aullador.
Así le anula la luna Elisa.
moureumartin@yahoo.com.ar
TE RECUERDO SONRIENDO
ResponderEliminarTe recuerdo sonriendo en ese océano de extendida calma.
Teñida de luna, tu faz diamantada sonreía serena,
que parecías ebúrnea estatua flotando entre la espuma.
Tu voz primigenia cantaba al mar sobre las olas de luz,
alcanzando matices y tersura de canto de sirena,
mientras yo recogía el eco de tus odas salpicando poesía.
Tu grácil delgadez se confundía en volutas desprendidas
de aquella bruma que envolvía la densa calma,
de un mar atemporal, donde todo nos pertenecía.
Te recuerdo sonriendo, sólo sonriendo. Que no hay espacio
para más amplias pretensiones, que mirarte entre aquella
placidez de luna, y yo arrobado, contemplando tu hermosura.
rodrigo_vera_solis@yahoo.com
VENGANZA
ResponderEliminarArrastrado por corceles blancos,
tu cuerpo llegó teñido de ignominia.
Tus ojos, antes dos soles de pasión,
desorbitados rechazan a su suerte.
Tu piel, que fuera satín rosado
en mis mejillas, hoy, ceniza roja.
Si el odio es venganza y la venganza
odio, juro por Dios que en este mismo instante,
te vuelvo a la vida, para yo misma vengarme.
samanthapierce@hotmail.com
CORAZÓN QUEBRANTADO
ResponderEliminarLlévate mis ríos de sangre, corazón quebrantado,
alma desvalida que agoniza,
que se agota,
que se consume.
Llévate mis ríos de sangre, viejo amigo,
osamenta que se quiebra,
que se colapsa,
que se tuerce.
El dolor ya no es dolor, es un pálido escalpelo
que hiende mis pulmones
y les exprime, infausto,
el aliento que se pierde.
Corazón quebrantado, rescata la poca dignidad
que me sostiene aún de pie,
tambaleante,
vertical que no se entiende.
Tú, que miras desde dentro lo que mis ojos ya no pueden,
desgracia intransigente,
laberinto de muerte,
llanto que nada lo detiene.
Llévate mis últimas palabras, corazón quebrantado,
y haz de ellas un poema,
una plegaria,
un comitente.
Salvador Aréchiga Sabater
salvador.arech.sab@gmail.com
PLEGARIA
ResponderEliminarPor todas esas ocasiones que miré a la injusticia pasar de frente,
¡Oh, Señor! ¡Cuánto lo siento!
Por esos mares de sangre derramada, que miré como lluvia enrojecida,
¡Oh, Señor! ¡Cuánto lo siento!
Por esos ojos que suplicaron una dádiva, y que esquivé indiferente,
¡Oh, Señor! ¡Cuánto lo siento!
Por esas montañas ignoradas, de plegarias irrumpiendo por las calles,
¡Oh, Señor! ¡Cuánto lo siento!
Por ese aspaviento cuando el enfermo escupía su última gota de sangre,
¡Oh, Señor! ¡Cuánto lo siento!
Por ese niño calcinado que emitía lenguas de fuego entre su carne,
¡Oh, Señor! ¡Cuánto lo siento!
Por ese falso juramento no cumplido, y que murió inexorable en el silencio,
¡Oh, Señor! ¡Cuánto lo siento!
Por esas víctimas fatales del ejercicio cotidiano de mi error humano,
¡Oh, Señor! ¡Cuánto lo siento!
Por ese yerro de sentirme encima de toda miseria callejera,
¡Oh, Señor! ¡Cuánto lo siento!
Por esa indiferencia cuando al prójimo eligieron en vez de mi cartera,
¡Oh, Señor! ¡Cuánto lo siento!
Por ese mosaico clandestino de pobreza en el fulgor de mi riqueza,
¡Oh, Señor! ¡Cuánto lo siento!
Por ese sórdido consejo de empujar para llegar primero,
¡Oh, Señor! ¡Cuánto lo siento!
Por esta plegaria, tardía, hipócrita y falsa alegoría,
¡Oh, Señor! ¡Cuánto lo siento!
Si fui hecha a imagen y semejanza tuya,
al menos dadme señales de que un día,
tenga sentido decir: ¡Cuánto lo siento!
Merce
mercedesorellana@gmail.com
ALMAS VIVAS
ResponderEliminar(Propuesta: Poesía yuxtapuesta)
A las aladas almas de los muertos,
Aquellas que reposan a la vera,
Soledades eternas,
Tempestades frías,
Sumadas al eco de la primavera.
A los cantos callados de los muertos,
Ésos que inundan el faldón de la ladera,
Himnos soterrados,
Querellas incendiadas,
Murmullos acariciados sin espera.
A los sórdidos desnudos de los muertos,
Cuerpos de cartón, de cal, de arena,
Dientes ebúrneos,
Mandíbulas calladas,
Espejos opacados por densa luna llena.
A los recuerdos infinitos de los muertos,
Que son como verdades entendidas,
Citas no cumplidas,
Lágrimas sentidas,
No son collares, ni fotos, ni angustias.
A las almas vivas de los muertos,
Las que bajan y se tornan en caricia,
Manos que sin tocar te tocan,
Besos que sin besar te besan,
Y nos hacen llorar sin avaricia.
Poesía yuxtapuesta: Aquella en que uno o más versos
quedan envueltos en otro denominado núcleo
principal.
Ana María Garduño Ize
Grupo Experimental Literalia México
SÓLO SOMBRAS
ResponderEliminar“Nosotros somos los hombres huecos”
Thomas Eliot
Ávida isla donde los puertos están abandonados,
óxido en las anclas de los barcos ya sin viajes ni velamen,
el fin del fin, antiguas piedras donde nadie ha grabado
signos ni nombres, salvo el oleaje que eternamente hiere.
Allí en silencio truena la voz del mundo que en su callar
ora por esos dioses ausentes que un día la habitaron
plenos en el fervor de sus ardientes fraguas obstinadas
en forjar los cimientos cuando el día del hombre aún no se iniciaba.
Ardió entonces la vida con su altura de hombres consumados,
fuego de los guerreros y las madres deseosas de parir
hijos de la labranza, conductores de bueyes, sembradores,
hombres adictos al más extraño hábito del pastoreo.
Así han danzado asidos al corazón del tiempo sigiloso
siglos bajo la luz unánime del trigo y la amapola,
de la sabia manzana en que la duda pende desafiante
hecha de la matriz del sol y libre como roja paloma.
Pero los mansos hijos de la estirpe de los dioses herreros
han comido del pan que leuda la ambición y la ira,
unánime demencia los empujó a quebrar la luz creada,
a levantar ciudades desvariadas, trincheras como heridas,
a encadenar el aire, desorientar los ríos y los peces.
Entonces se ha reunido todo el color del plomo hasta en la rosa
y el mundo se precipita enfermo de evidente pobreza,
confusa geografía del llanto y la miseria sin fronteras.
Atrás fueron quedando los blancos días de la serena piedra,
isla sin caracoles ni epitafios, isla de viva muerte arracimada,
noche ya sin estrellas titilantes, luna que gira en falso,
sombra, compacta sombra que abruma al compás de badajos
y apenas si se escucha un temblor de violetas caprichosas.
Yo reclamo un relámpago violento que despierte la vida.
EUTANASIA NO SOLICITADA
ResponderEliminarTiresias: Lo sabrás cuando oigas los signos de mi arte.
Sófocles: “Antígona”
Has matado a tu madre
con el fino cuchillo de tu ciencia
y es posible que nadie
vislumbrara al instante
el impúdico roce de tus manos
sobre esa corva espalda , ya vencida;
certero empujoncito entre sus venas
de la odiosa morfina
sutil como las ratas en las cloacas.
Has matado a tu madre,
si bien la muerte impía la tenía
ya tomada del pulso combatiente,
ya en la negra espesura del camino
que lleva al andurrial todo despojo.
No pudo ver su muerte cara a cara,
despedirse de Dios, de los ausentes,
de su propia morada, de los seres
que amaba por amar, como es debido,
que aunque a orillas estaba
de la laguna Estigia
la hora de expirar no se adelanta
ni se empuja a los brazos de Caronte
sin recibir la pena que se impone.
La aciaga circunstancia en nada mengua
tu intención homicida, el desparpajo
con que le diste muerte sin ser tiempo
que el designio quisiera aventurarle.
Le avanzaste la muerte,
la has matado
con tanta cobardía y por la espalda
y así fueron tus manos asesinas,
sedientas de rencor y de dinero
las que el dulce veneno, gota a gota
le lanzaste a sus venas doloridas
royéndole la vida que restaba.
Has matado a tu madre. Ya no escondas
la brutal impudicia de tu obraje
porque Dios su mirada ha detenido
en tu sucia conciencia de homicida
y se cierne su ley con el castigo
que a todo matricidio corresponde.
OH TENUE VIDA MIA
ResponderEliminarY así los metacarpos, las falanges
obran por alcanzarte
oh tenue vida mía,
miserable rescoldo
donde purga el olvido sus últimas condenas.
¿Por qué vas tras de mí, pequeña muerte
que soy hueso roído, descarnado?
Un mendigo se acerca y en su piedad me trae
su tesoro de miel y tibia leche
mientras el frío abate las palabras que quiero
derramar en sus manos.
Nada le dejo entonces, que ni un céntimo
vale lo que mi boca crucifica.
Oh tenue vida mía, no has podido
más que este balbuceo inoperante
mientras ella te arranca con sus dedos de estaño
de este mudo paraje donde habita la vida.
Muy querida y admirada Anneka Lubick (Long Ohni):
ResponderEliminarHago esta aclaración por este medio, dado que no tengo una dirección de correo electrónico para escribirte en privado.
Una infinita lluvia de sentimientos arroba mi corazón. En efecto, tu prolongado silencio tras haber sido proclamada ganadora de la primera etapa del certamen, me tenía en verdad angustiado.
Sin embargo, tras recibir con inmensa alegría una cascada de mensajes de agradecimiento a quienes te expresan cariño y admiración, entre ellos destaco el que detalla la razón de dicho silencio.
Tal circunstancia me sacude interiormente, motivo por el cual te reitero mi más profunda amistad y reconocimiento por tu calidad humana, que en cada palabra vertida a través de tus deliciosos poemas, viertes con maestría y sensibilidad.
Me uno a tu sentimiento amoroso de mujer universal, deseándote todo género de fortaleza y superación.
Por otra parte, ambos sabemos que si algo nos distingue como personas de justicia y responsabilidad social, es el apego a las reglas que enmarcan nuestros actos. Por lo tanto, sin deterioro al momento que vives, sabedor de lo que significa ese volcán de sentimientos que debe estallar en tu corazón, debo comunicarte que los tres poemas que has ingresado al concurso, no pueden ser aceptados puesto que uno de los lineamientos del certamen marcan que, si ya eres ganadora de una de las etapas, no podrás participar sino hasta la Gran Final, dentro de la cual ya tienes un lugar asegurado.
Deseo patentizar mi cariño, mi respeto y empatía para contigo, sabedor que comprendes mi decisión, y que ello no obsta para que las puertas de Literalia México estén siempre abiertas a tu exquisita poesía. Para tal fin, te suplico me remitas al correo ajuarezliteratura@gmail.com, una dirección en la cual poder ensanchar los comentarios acerca de un proyecto donde podamos trabajar juntos.
Te envío un cordial saludo, un respetuoso y cálido abrazo, así como un beso de cariño y aprecio a tu distinguida persona:
Arturo Juárez Muñoz
Despedida del héroe
ResponderEliminar(“Así decía y alargó la mano
para tomar en brazos al infante
pero, aterrado el niño, sobre el pecho
de la nodriza se arrojó llorando…”
Ilíada, Canto VI.)
–“Héctor, no salgas más allá de los muros, no vayas
al campo en que un estruendo cruel aturde y el bronce
avanza para golpear rojas cimeras
y arrojarlas al mar que tanto temo…”
Así decía la llorosa Andrómaca
con su hijo en brazos, niño temeroso.
que nunca había visto a su padre cubierto
del metal relumbroso conveniente
para la ceremonia de beber el néctar.
Tuvo piedad el héroe y sus labios temblaron,
se quitó el casco que asombraba a la criatura
y sonrió suavemente al abrazar a su esposa:
–No llores, le dijo, no temas… No me iré de tu lado
hasta que ello dispongan esos dioses
a los que rezan las mujeres.
–¡Ay de mí!, contestó Andrómaca. Ya sé
que te han negado el don de cobardía,
verde tallo de felicidad… Ya sé
que debo ser viuda y nuestro hijo huérfano.
Y el héroe respondió: –Si es así sólo pido
una piadosa certidumbre de tus labios;
si tal vez deba comenzar
el regreso a la casa de mis padres, tú antes
promete que será Escamandrio bien más fuerte que yo,
que se dirán al recordarme los amigos:
“Este es mucho mejor de lo que fue su padre”, cuando
por la tarde retorne con despojos y estandartes,
para ofrecerlos a las puertas de Ilión.
Eso dijo Héctor y se fue, dejando atrás clamores y timbales,
con pasos hacia el porvenir desierto
en que no habrá laureles ni cimeras,
ni corceles enajenados a la gloria.
Vino derramado
Si hay vino derramado es alegría
e igual si está en el vaso. Para mí
con sol o lluvia siempre es bueno el día.
Bien sabes que no es mío lo que enseño
ni soy el inventor de esta cordura,
¿por qué me miras, pues, fruncido el ceño?
Apenas, que he sumado varias ciencias,
que ya en los arrabales del ocaso
he conseguido amar las evidencias.
Cabalgas la derrota y la aventura
que siguen siendo mías y de todos
y sólo en el limón hay amargura.
¿Por qué me miras, pues, fruncido el ceño?,
si soy tu hermano y aunque no lo fuera,
esto que digo y doy no tiene dueño.
¿No estás de acuerdo? Sí, hay quienes huyen
de la luz, del amor y hasta del odio
y niegan que haya dioses que destruyen.
No importa; aunque no seas, no, mi hermana,
te salvo de conjuras y luzbeles,
y acerco la canción a tu ventana,
con todo el desencanto de los crueles.
Mi muy querido Arturo, seguramente no podrás saber en plenitud la magnitud del torrente afectivo que me ha llegado con tus palabras en el momento justo en el que la desolación intenta desempañarse. Y en este justo momento me llegan tus palabras, palabras que, con seguridad, sé leer más allá de lo que se supone mera palabra, palabras que me traen un tamaño tal de comprensión y tibia cercanía que, a decir verdad, me restañan el alma. Sí, de verdad, puedo comprender que resultara al menos inquietante este silencio mío que, de ninguna manera, ha sido ni indiferencia ni deslealtad ni cosa similar.
ResponderEliminarNo importa, de veras,mi querido y admirado amigo que los 3 poemas ingresados no puedan participar pues lo que rescato, principalmente, y más aún que ganar, cosa que aprecio, con seguridad, es el estar entre ustedes, nuevamente, con el mismo cariño, pasión y fervor y compartiendo esto que nos hilvana el alma y nos une, irremediablemente.
Feliz me encuentro en estos momentos sabedora de que soy bien acogida en esta casa en la que me es posible el encuentro con personas tan maravillosas como vos mismo, casa en la que reencuentro la esperanza de que en este mundo gélido y pétreo en el que nos toca vivir existen todavía mundos que merecen ser compartidos.
Te agradezco de todo corazón palabras tan sentidas y que tanta comprensión me hacen llegar y de inmediato te enviaré al correo que me has indicado mi contacto personal, con la seguridad de que será posible hacer muchas, muchas cosas juntos y desde el corazón.
Con mi abrazo siempre, abierto de par en par
Long
Anneka Lubick
long-ohni@speedy.com.ar
CALLADA LUZ
ResponderEliminarUn pozo negro en la memoria
Jon Juaristi
La noche arroja
piedras oscuras
una fugitiva sombra
en el bosque
de otros dioses.
Recorren los ojos
por última vez
el arco tenso del puente
las aguas eternas
su lento espejo de polvo.
De un pescador
he hablado y su red
de astillas de luna
en la orilla grave
de un paisaje muy lejos:
de soledad y de frío,
de tanta pavura.
Jan Petersen
Muy distinguido amigo Fernando Sánchez Zinny:
ResponderEliminarPrimeramente agradezco tus finísimas palabras ingresadas en la publicación donde se designa ganadora de la Primera Etapa, a nuestra querida Anneka Lubick. Dicha circunstancia ha quedado superada.
Por otra parte, asumo que los poemas ingresados en esta sección (Despedida del héroe y Vino derramado), son de tu autoría y los presentas para concurso.
De ser así, te suplico tengas a bien elegir solamente uno, pues una de las reglas del certamen así lo indican.
Por lo tanto, te pido amablemente reingreses el poema elegido, así como al calce agregarle una dirección de coreo electrónico vigente, la cual no necesariamente debe ser tuya, a fin de poder establecer contacto para cualquier aclaración.
Recibe mi más profundo reconocimiento y gratitud por tu apoyo:
Arturo Juárez Muñoz
Porque 4
ResponderEliminarExudar la noche
aferrarle la póiesis del cuerpo
sin excusa
dejar que le crezcan latidos
a fondo y a proscenio
que me latan te palpiten
entre las bambalinas
mis otras más adustas
más dementes
que bullirán la noche
para que permanezca
intacto
este motivo.
dentadashisteriasyotraspestes@yahoo.com.ar
ResponderEliminarDespedida del héroe
ResponderEliminar(“Así decía y alargó la mano
para tomar en brazos al infante
pero, aterrado el niño, sobre el pecho
de la nodriza se arrojó llorando…”
Ilíada, Canto VI.)
–“Héctor, no salgas más allá de los muros, no vayas
al campo en que un estruendo cruel aturde y el bronce
avanza para golpear rojas cimeras
y arrojarlas al mar que tanto temo…”
Así decía la llorosa Andrómaca
con su hijo en brazos, niño temeroso.
que nunca había visto a su padre cubierto
del metal relumbroso conveniente
para la ceremonia de beber el néctar.
Tuvo piedad el héroe y sus labios temblaron,
se quitó el casco que asombraba a la criatura
y sonrió suavemente al abrazar a su esposa:
–No llores, le dijo, no temas… No me iré de tu lado
hasta que ello dispongan esos dioses
a los que rezan las mujeres.
–¡Ay de mí!, contestó Andrómaca. Ya sé
que te han negado el don de cobardía,
verde tallo de felicidad… Ya sé
que debo ser viuda y nuestro hijo huérfano.
Y el héroe respondió: –Si es así sólo pido
una piadosa certidumbre de tus labios;
si tal vez deba comenzar
el regreso a la casa de mis padres, tú antes
promete que será Escamandrio bien más fuerte que yo,
que se dirán al recordarme los amigos:
“Este es mucho mejor de lo que fue su padre”, cuando
por la tarde retorne con despojos y estandartes,
para ofrecerlos a las puertas de Ilión.
Eso dijo Héctor y se fue, dejando atrás clamores y timbales,
con pasos hacia el porvenir desierto
en que no habrá laureles ni cimeras,
ni corceles enajenados a la gloria.
Aclaración: Estimado Arturo, muchísimas gracias por la advertencia y mil perdones por no haberme tomado el tiempo suficiente como para atender de manera correcta a las reglamentaciones impuestas que considero plenamente justas y coherentes. Aquí dejo entonces el poema que he seleccionado para participar y mi dirección de correo, tal como me los has requerido a la vez que te envío, desde Argentina, un cálido abrazo.
Fernando Sanchez Zinny
Argentina
fernandosz2@yahoo.com.ar